Otra vez tenemos el vino tinto como protagonista de un beneficio para la salud. Se han realizado cientos de estudios sobre el vino. Se ha confirmado que reduce los problemas de la diabetis, los males cardiovasculares, el Alzheimer y el cancer. Además de todo esto, recientemente se ha analizado los efectos del vino en la obesidad.
La verdad es que la principal protagonista es la uva, no el vino en sí. El vino tiene alcohol y éste no es bueno para la salud. Por lo que todos estos beneficios se deben atribuir a la uva.Ya se había estudiado el resveratrol y su capacidad de aumentar la duracion de la vida celular para utilizarlo como fármaco antiedad.
El componente del vino que tiene estas propiedades se llama resveratrolo y según los estudios es capaz de modificar la producción de algunos componentes presentes en las células de la grasa y cambiar el perfil metabólico de la obesidad humana. Todos estos estudios se han realizado sobre tejido adiposo humano que durante la exposición al componente del vino tinto han notado una mayor secreción de sustancia antiinflamatoria.
Ya hace tiempo, un doctor francés había estudiado lo que comunmente llamaba "paradoja francesa". Ésta se daba en un territorio francés donde se alimentaban con una dieta alta en grasas pero eran particularmente bajas las enfermedades y obesidad. Sabemos que es dificil confrontar incubaciones en vitro y seres vivos y sobre todo es complejo saber si las concetraciones utilizadas en nuestro estudio son significativas en ámbito clínico.
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